Hace unas semanas, fui con un grupo de fotógrafos a Bergama.
Bergama es una pequeña ciudad al Norte del Egeo. Bergama, en 2014, fue
determinada como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
Su historia existe desde hace 4.siglo A.C. El primer
asentamiento en Bergama fue en la Acrópolis.
La acrópolis era una maravilla del Mundo Antiguo y todavía, es el lugar
principal para las visitas de los turistas.
La Acrópolis es un museo al aire libre. En este museo, hay
ruinas de un teatro gigantesco (con capacidad para 10.000 espectadores),
biblioteca, templos y palacios. La estructura mas importante en la acrópolis
era el Altar de Zeus, hoy en día, se encuentra en Berlín, Museo de Pergamo. El
Altar de Zeus, simbolizaba la victoria de los pergaminos y representaba un
modelo para el arte de escultura muy avanzada. Se traslado' a Alemania entre
1878 y 1886. Por desgracia, muchas
piezas históricas, fueron secuestradas ilegalmente de Anatolia, y son mostradas
todavía en los museos de Europa. Espero que un día, los países europeos
devuelvan las piezas del patrimonio humano a sus tierras natales.
Para fotografiar, me encanto
todas las vistas de Bergama. Llegar a Acrópolis
con un teleférico fue
emocionante. Las calles antiguas de la ciudad eran silenciosas, calmas, y
contenían un alma de la historia fusionada con
la vida cotidiana.
Bergama de hecho tiene mucho mas. En este viaje no podía ver
el Asclepeion, que es un centro antiguo de tratamiento medico, tampoco la
Basílica Roja que estaba en las reconstrucciones.
Además de su cultura histórica; Bergama es famosa por
su naturaleza, recursos naturales, y artesanía.
A las 5 de la tarde, con unos amigos, visitamos a un
artesano para fotografiarlo con la luz suave antes de anochecer. La tienda
vende alfombras, y allí trabajan dos hermanos. Ellos son artesanos de
reparación de alfombras desde su infancia. En la tienda, vi a una alfombra con
muchos colores, y me enamore de ella.
Finalmente me compre la alfombra, que es muy antigua
y tiene 40 anos. El Señor artesano me reparo las partes
harapientas.
Al final, volvimos de Bergama con una renovación de animo,
muchas memorias, y por supuesto, fotografías bonitas.
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