La
lucha de camellos es una de los más antiguos espectáculos en Turquía.
Está ganando más popularidad cada año. Más de
20.000 personas de diferentes nacionalidades suelen asistir al “Selcuk Efes
Lucha de Camellos Festival” en enero. Al otro lado, el espectáculo es muy
criticado por las organizaciones de defensa animal.
Este
año yo fui con mis amigos a este festival para observar el espectáculo y fotografiarlo.
Cuando habíamos llegado a la arena, el espectáculo ya había empezado. Habían
muchos camellos de diferentes edades. Los camellos estaban muy bien decorados.
Cuando pregunte a un dueño, me dijo que se gastaron 5000 Liras Turcas (casi
2000 Euros) para la decoración de un camello.
Mantener un camello es una pasión para sus dueños. Las
luchas no tienen beneficios económicos. Los dueños traen sus camellos a las luchas por motivos de orgullo. Al
contario a las críticas, los camellos no
se lastiman. Las luchas duran poco, y el jurado no permite que un camello haga
daño al otro.
Fuimos
al campo por la mañana, y el ambiente era muy interesante. Más que lo que ocurre
en el círculo, los espectadores llamaron mi atención. Había gente de diferentes
edades: hombres, mujeres y niños. Todo el campo parecía un gigante barbacuá. Había
mucho humo y olor.
Los espectadores
se colocaron en la cuesta, con la intención de tener una vista completa del
campo. Se sentaron en mesas y sillas plásticas, con un brasero al lado de cada
mesa. Las mujeres estaban preparando la comida y las jardineras; mientras los
hombres bebían alcohol; sobre todo Rakı.
Habían
también muchos músicos, principalmente gitanos. Ellos se pasaron por las mesas,
entreteniendo a la gente, y después pidiendo propina. Mientras el nivel de
alcohol aumentaba, los hombres empezaron a bailar, cantar, emborracharse y al final a pelear.
Los
vendedores eran igualmente interesantes. En los mostradores, se podía encontrar
dulces, chorizos, verduras y frutas; juguetes, tambores, ropas y aún más,
calcetines. Se vendieron globos para niños. Uno de los productos más
interesantes era un par de botas especiales, hechos a mano, que costaban
600liras.
La ropa
más común de este evento era un pañuelo tradicional, una kufiyya en colores de
color naranja y blanco.
En conclusión,
creo que este día fue uno de los más extraordinarios recuerdos de mi vida.
Antes nunca había experimentado un ambiente así. No pensaba que así mucha gente
estuviese interesada en la Lucha de
Camellos. No pensaba que los turistas lo conociesen.
Si un día, pasáis por Selcuk en enero, os aconsejo
ver el Festival de Lucha de Camellos. J
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